Tengo muchos conocidos, pero muy pocos amigos.
Tan pocos que los cuento con los dedos de las manos. Me han decepcionado tres
mil millones de veces, pero también me han sorprendido unas cuantas. Casi nunca
llevo reloj, pero para mí el tiempo es importante. Odio las mentiras, las
esperas, las películas de chinos, la gente sin personalidad, a los gilipollas
sin razón… Pero también adoro muchas cosas: dormir, hacer el tonto, cantar, que
me den cariño, las películas en compañía, su compañía… Intento deshacerme de
mis impulsos, pero me pueden y la mayoría de veces hablo y luego pienso pero
con la madurez aprendes a pensar y luego a callar bocas. Por cabezota, he
perdido muchas veces, pero he ganado otras tantas. Conmigo nunca nada está
perdido. No sé si está bien o mal mi forma de actuar, pero la verdad es que me
da igual. No me gusta que opinen sobre mí o que hablen de mí sin estar yo
presente. Soy el chico el que a los cinco minutos te saca una sonrisa… sí, a
ti. {S’}
En manos del destino hasta que la vida quiera dejar que actúe a mi forma.