Desde pequeños nos enseñan a respetar a los demás,
a ser educados con la gente mayor, a no llorar ni gritar,
a sumar y restar. Nos enseñan que rojo en inglés es red
y que casa se escribe house. Nos ilusionan haciéndonos creer
que la vida no es tan dura, que las cosas son más simples de
lo que parecen, que Blancanieves fue despertada por el príncipe azul
con el que tantas chicas sueñan durante tanto tiempo. Que si no te comes toda la verdura,
no habrá postre. Que el lobo es malo como el hombre del saco
y que vendrá a comerte si no te duermes...En cambio a vivir aprendes solo.Tú
solo te das cuenta de que la gente es injusta y no sigue eso que nos inculcan
desde bien pronto: "no hagas a nadie lo que no quieres que te hagan a ti",
que llorar es tan necesario como gritar para desahogarte,
que a veces las cuentas no salen ni con calculadora.
Que hay cosas que no tienen explicación, ni la necesitan.
Que algunas personas mayores se aprovechan de ti y de tu inocencia,
por eso hay que andar con cuidado, porque la vida no es tan bonita como
nos la habían pintado.Te das cuenta de que las ranas son ranas
y que los principes azules acaban destiñendo, pero que el gris
no es un color tan feo. Que sigue sin gustarte la verdura,
o te encanta. Somos así, amamos los extremos.
Que todo lobo merece otra oportunidad, que si no se la concedes, tu eres el próximo lobo.
Que antes no querías irte a la cama, y ahora no quieres salir de ella.
Por eso pequeña princesa, ten cuidado, aunque de todas formas siempre estaré aquí para cuidarte.